Vestidos elegantes de segunda mano

Como ha afirmado Yves Saint Laurent, “vestirse es un modo de vida”. La ropa y todos los rituales, probarse, comprar, llevar, etc., constituyen ocupaciones palpitantes, sobre todo cuando se vive en una de las capitales mundiales de la elegancia como puede ser París, Madrid, Barcelona, etcétera. Pero ¿qué se puede hacer cuando se es víctima de la moda y que la crisis atenaza?

El término “recesionista” ha emergido recientemente en la prensa anglosajona designando, como se puede adivinar, a los fashionistas afectados por la recesión. Para aquellos que no pueden privarse de comprar moda, conviene saber que las grandes ciudades tienen muchas direcciones escondidas para ahorrar al momento de comprar vestidos elegantes. Así pues, bienvenidos al universo de las rebajas permanentes donde el shopping se convierte en una caza del tesoro y no tanto en un mal hábito que hay que desechar.

Autor: extrabrandt-Pixabay

Desde hace algunos años, las tiendas de segunda mano pueblan muchas de las grandes ciudades y sus calles. Para encontrarlas, basta con darse un paseo por el centro antiguo de cualquier ciudad. Estas tiendas son ideales para comprarse desde un bonito par de botas a un perfecto barato. Los stocks pueden ser prácticamente idénticos en una tienda y en otra.

Estas tiendas recogen ropa, sábanas, colchas, juguetes de segunda mano, zapatos, complementos, etcétera. Se trata de elementos que configuran un fondo de armario y que luego se pueden distribuir entre las personas que tienen dificultades económicas, por unos precios muy asequibles, con el fin de permitir que todo el mundo pueda disfrutar vistiéndose con armonía.

Si esta temporada, por razón de la crisis, necesitáis vestir a vuestros hijos para el invierno, o compraros vosotras mismas un bonito abrigo, pero con un presupuesto limitado, o simplemente deseáis completar vuestro fondo de armario sin dejaros los recursos en ello, lo ideal es acudir a una de estas tiendas de segunda mano que hay en vuestra ciudad.

Además podéis hacer una buena acción. En efecto, el producto de las ventas suele ir destinado a la financiación de actividades de ayuda de centros caritativos.

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